La reelección o ampliación de gestión de líderes de sindicatos y asociaciones de trabaja dores en el país, y especialmente en el estado de Colima, es una constante que incongruen temente se contrapone a la democracia por la que se lucha en la sociedad y las organizaciones sindicalistas.
Para el caso de Colima, dirigentes como Graciela Larios Rivas, Cecilio Lepe Bautista, Martín Flores Castañeda, Víctor Vázquez Cerda, María Dolores González Meza, Leonardo Gutiérrez Chávez, Audelino Flores Jurado entre otros, han recurrido a la reelección para mantenerse al frente de sus gremios.
Graciela Larios Rivas, es el mejor ejemplo de la forma en cómo algunos líderes se han perpetuado al frente de las organizaciones sindicales que representan, y con ello ostentar poder de decisión y negociación política y laboral al más alto nivel.
Larios Rivas tiene amplia trayectoria política y sindical y se ha mantenido desde 1988 como Secretaria General de la Federación de Trabajadores del Estado de Colima CTM, puesto en el que fue ratificada el pasado 8 de diciembre de 2012 para un periodo que concluirá en el año 2017.
Cecilio Lepe Bautista estibador y político que fue presi dente municipal de Manzanillo, diputado federal y luego Secretario General de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), se desempeña como dirigente de la Unión de Estibadores y Jornaleros del Pacífico de la CROM, pero su trayectoria inició en 1958 como estibador, para luego dar paso en 1976 a sus cargos dentro del sindicato, donde fue asesor de facturación, luego Secretario del Interior, Secretario general y hasta asesor general.
Otro ejemplo de la forma en cómo los dirigentes de trabajadores buscan a toda costa mantenerse en el poder gremial es Martín Flores Castañeda, quien desde su primer periodo al frente del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado de Colima en 1993 y al día de hoy, ha ostentado diversos cargos en este organismo sindical.
Con una dirigencia ambivalente, Flores Castañeda inició su gestión en la década de los 90 de la mano de Agustín Martell Valencia, y en el 2007 luego de un largo pleito que dividió a la Unión de Sindicatos, se marcó la separación definitiva de esta mancuerna.
Fue Agustin Martell(+) otro de los líderes perpetuos que al igual que Martin Flores, estuvieron frente al organismo de burócratas desde finales de la década de los ochenta.
Sin embargo, después de una división marcada entre la Unión de Sindicatos y el sindicato de Burócratas, fue destituido y hasta días antes de su fallecimiento, cobraba en una oficina del gobierno estatal.
En la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servi cios del Estado (FTSE), María Dolores González Meza lleva consigo el segundo periodo como Secretaria general al frente de este gremio.
ANtes de ella Elizabeth Rodríguez González estuvo al frente del FTSE por más de dos décadas y en el de la Secretaría de Salud del gobierno estatal.
Por otra parte, el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad de Colima (SUTUC), en sus 36 años de existencia, solo ha tenido tres líderes.
El primero, Juan Mesina de la Torre; luego, Gustavo Ceballos Llerenas y actualmente Leonardo César Gutié rrez Chávez, quien lleva el tercer periodo al frente.
En los ayuntamientos también hay quienes se aferran al puesto, tal es el caso de Tecomán en donde Audelino Flores Jurado ha pasado de ser líder sindical a regidor en varias ocasiones, y desde principios de la década de los 90 y a la actualidad, ha emplazado a huelga en los años 2004, 2007, 2009 y 2011.
En el Estado de Colima, también hay líderes como el de La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, CROC, en donde su líder David Ortega Quiterio, además de llevar poco más de una década en el cargo, en el año 2008 fue detenido y puesto a disposición de un juez de lo penal por su presunta responsabilidad en la agresión contra seis jóvenes, pero con el pago de una fianza fue liberado.
Positivo o no, es un hecho que varios de los dirigentes de las organizaciones gremiales del Estado, llegaron hace más de una década a su cargo, lo que es consistente con la falta de relevo generacional.
Esta situación podría ser uno de los principales problemas de las organizaciones gremiales, no obstante, es una práctica común que será difícil de arraigar.
Los sindicatos llevan a la ruina al gobierno estatal y a los municipales, pues las negociaciones a cambio del voto cor porativo, ha permitido el incremento de la planta laboral y consecuentemente del presupuesto que se ejerce.
A éstas alturas, ni el gobierno del Estado ni los ayuntamientos en su mayorìa, tienen recursos financieros frescos que les permita realizar obras propias, pues el 90% del presupuesto anual, se destina al pago de nómina sindical, pagos de convenios y de prestaciones.
Por ello se recurre al gobierno federal para la ejecución de obras públicas en los lugares en donde haga falta.
Una de las formas de erradicar el mal sindical, es la indemnización de cada uno de los empleados sindicalizados, luego, dar paso a las contrataciones por determinado tiempo y de acuerdo a los perfiles de quienes ocuparán los empleos y pagarles lo que marca la ley federal del trabajo; sueldo, vacaciones, aguinaldos y servicio mèdico, de lo demás, no incurrir en esos errores.
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