Se los agradezco, pero no.
Eso fue lo
que Virgilio Mendoza le dijo al Comité Central del Partido Acción Nacional, al
rechazar categóricamente la postulación que le ofrecían para contender en las
próximas elecciones por la gubernatura del Estado.
Dijo que no le había sido
fácil tomar una decisión de tamaña envergadura, pero que él creía que eso era
lo mejor para la institución política a la que pertenece.
Antes de darse a conocer esta noticia, ya se rumoraba, no sabemos si
esto es cierto o falso, que Virgilio había pactado con el PRI para rechazar la
candidatura, pues el alcalde porteño era la carta más fuerte que tenía el PAN;
es decir, era el único adversario serio en contra del PRI. Y así fue, no la
aceptó argumentando que no veía las condiciones necesarias para buscar la
gubernatura.
La amistad entre Nacho Peralta y Virgilio es de sobra conocida.
Además,
ambos son carismáticos y tienen demasiado arrastre con el pueblo.
La renuncia del panista, le deja a su “carnal” el campo libre para que
siga trotando en caballo de hacienda, quien prácticamente va a la contienda electoral, sin un rival de peso que le pueda dar la
batalla.
El único que podía enfrentarse a él, aparte de Virgilio y librar una contienda pareja está dentro del
mismo partido y se llama Federico Rangel.
De tal manera que el tricolor, pésele
a quien le pesé, seguirá gobernando nuestro terruño querido.
Al PAN no le quedó más que postular al insoportable coordinador
de la bancada del blanquiazul en el Senado Jorge Luis Preciado Rodríguez,
quien ha llegado a donde está más por suerte que por méritos propios.
Pero no
tiene ni la más remota posibilidad de ganar las elecciones.
Con la renuncia de Virgilio,
prácticamente queda definido el resultado electoral.
Será Ignacio Peralta
Sánchez el nuevo Gobernador del Estado.
Leoncio Morán quería la candidatura del
PAN y lo mandaron por un tubo, por eso renunció al partido.
Ahora se lanza como
caballo desbocado bajo la bandera de Movimiento Ciudadano y aunque es un
político carismático y ha tenido un buen desempeño en los puestos que ha
ocupado; ahora es un cartucho quemado, ya pasaron sus mejores tiempos, ya no
tiene la fuerza de antes.
Ni modo Locho,
hay que darle paso a los jóvenes.
Mírate en el espejo de López Obrador,
haciendo el ridículo cada seis años y que aún sigue creyendo que la tercera es
la vencida.
De los demás partidos ni que hablar.
No
han sabido llegar a las bases, no saben ganarse al pueblo.
Andan repartiendo
bastonazos de ciego por todos lados, y cuando tienen la oportunidad de presidir
un ayuntamiento o un puesto de mayor
importancia, enseñan el cobre y se muestran igual de corruptos que todos y
terminan pareciéndose a los que criticaban.
Son indisciplinados, se pelean
entre ellos, no se alinean; no aprenden las lecciones que les da el PRI.
Ahí
tienen un botón de muestra que el tricolor le acaba de dar a la sociedad: tenían
dos candidatos fuertes; llegó un dedo quién sabe de dónde y señaló a uno, y ese
uno se convirtió en único, y el otro aceptó, y todo mundo se sometió para
salvaguardar la integridad del partido.
Eso es lo que los demás partidos
debería hacer, la disciplina está por encima de los intereses personales.
Por eso aquí en Colima, siempre gana el PRI
Todos los demás partidos están
fritos, al menos aquí en la Entidad no
tienen ni la mínima probabilidad de ganar la gubernatura.
Dada la ambición y el hambre de poder
que tienen todos los entes dedicados a la política, la retirada de Virgilio
Mendoza nos parece un acontecimiento fuera de serie, algo nunca antes visto.
Luego entonces, estamos hablando de un personaje especial, de esos que en
política casi no se ven.
Ojalá que vaya más allá de su alcaldía, que siga
escalando puestos y que en el futuro se decida a contender por un puesto más
importante, no importa en el partido que esté.
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