viernes, 4 de septiembre de 2015

OTTO PÉREZ MOLINA, DE PRESIDENTE DE GUATEMALA, A PRESO COMÚN


Un juez ordena prisión preventiva para el expresidente Otto Pérez Molina* La orden judicial pone en segundo plano las primera vuelta de las presidenciales que se celebran este domingo* El fiscal pide la captura del mandatario por cohecho, asociación ilícita y fraude* La trama mafiosa que indignó a Guatemala derribó un Gobierno

OTTO PÉREZ MOLINA
Pocas veces en la historia de América Latina, un incen dio político se consumió tan rápido. 
El general Otto Pérez Molina pasó en 24 horas de ser el presidente de la República de Guatemala a convertirse en preso común. 
En un proceso relámpago, bastó que el Congreso le retirase la inmunidad para que Pérez Molina renunciase, el fiscal pidiese su captura y el juez le llamase a declarar y tras escuchar en vista pública a la defensa y el ministerio público, acordase su encarcelamiento provisional por los cargos de cohecho, asociación ilícita, y fraude tributario.
La vertiginosa maquinaria que liquidó la era de Pérez Molina fue activada por la Comisión Internacional contra la Impu nidad en Guatemala (CICIG), una fiscalía especial amparada por la ONU y que se ha convertido en el garante de la legalidad en el país centroamericano. 
  Su investigación sacó a relucir una amplia trama de corrup ción aduanera en cuya cúspide situó a la vicepresidenta y al presidente. 
 Ese fue el detonante.
Pero la pólvora que evitó que el proceso judicial que acabase en el cajón del olvido, fue la indignación ciudadana. La cólera que desde abril, en un creciente y masivo pulso callejero ha puesto contra las cuerdas a la clase política, imposibilitando cualquier salida en falso.
 “Que sepan que estamos pendientes de lo que hacen los políticos”, decía Damián de 34 años y editor gráfico en la Plaza Mayor de Ciudad de Guatemala, epicentro de la protesta, en donde se congregaron cientos de ciudadanos a celebrar la caída del mandatario.
En este escenario huracanado las elecciones presidenciales del próximo domingo se han convertido en un elemento secundario. 
 La primera vuelta es vista por la ciudadanía como un mero trámite, con una mirada de candidatos liliputienses alejados de los aires de regeneración que se han apoderado de Guatemala. 
 Una nueva era que vivió su jornada estelar con la compare cencia judicial del general Pérez Molina, el político que prometió reconciliar el país y acabó uniéndolo en su contra. 
 El expresidente entró en la sala del tribunal como un soldado. 
 Se sentó en el banquillo y esperó el ataque. 
 Con el rostro seco de quien ha visto correr mucha sangre, Pérez Molina escuchaba las grabaciones presentadas por el fiscal en su contra. 
ROXANA BALDETTI
 Conversaciones sonrojan tes y secretas que poco a poco, fueron destapando el fraude aduanero que su puestamente encabezó con la vicepresidenta y antigua aspirante a Miss Guatemala Roxana Baldetti. 

Una estructura paralela denominada La Línea que con apoyo de medio centenar de implicados, permitió durante años la importación de bienes sin pagar las tasas aduaneras. 
A cambio, la organización criminal cobraba gigantescos sobornos.

 La imagen quedará durante años en la retina de los guatemaltecos.
Todo el país pudo contemplar a través de la televisión al general victorioso, al presidente empecinado comparecer como un ciudadano más ante la justicia.
  El hombre que solo doce horas era jefe de Estado, veía ahora su destino en manos del implacable juez Miguel Ángel Gálvez, el mismo que días antes había ordenado el encarcelamiento de la vicepresidenta.
Sábado tras sábado, decenas de miles de ciudadanos, armados solo con su furia y la dinamita de las redes sociales, habían forzado el desafuero del presidente
No flojeó Pérez Molina. 
Como una fiera a punto de saltar, mantuvo el aplomo. 
“Estoy aquí para dar la cara”, dijo.
 Pero la batalla ya estaba perdida. 
El juez ordenó su ingreso provisional en el presidio militar de Matamoros. 
La decisión fue festejada en las calles.
 “Esto no es más que el principio, hay que seguir hasta limpiar el país”, decía Estanislao García un empresario que había acudido con su familia a la Plaza Mayor.
La ola de indignación desatada en abril contra la corrupción había logrado su objetivo. 
Sábado tras sábado, decenas de miles de ciudadanos, armados solo con su furia y la dinamita de las redes sociales, habían forzado el desafuero del presidente.
 Y ahora su encarcelamiento. 
Derribado el muro más alto, caído el jefe del Estado, la historia, al menos por un día, les había dado la mano. Guatemala, una nación carcomida por la violencia y la pobreza, había dado una lección cívica al mundo.


A Iván Velásquez (Medellín 1955) le tomó poco tiempo cambiar la historia de Guatemala. 

IVAN VELASQUEZ 
Desde que llegó en octubre de 2013 a la Comisión internacional contra la Impu nidad de ese país (CICIG), quienes conocían al que en Colombia es llamado el “magistrado estrella” sabían que pronto destaparía algún escándalo. Y así fue.

El pasado 16 de abril, la CICIG publicaba la investigación del caso La Línea, que demostró una red de corrupción en las aduanas de ese país, que involucraba a varios altos funcionarios del Gobierno. 
 Guatemala estalló entonces. 
 Las protestas se tomaron las calles y en menos de un mes, la vicepresidenta Roxana Baldetti Elías fue obligada a renunciar. 
En cabeza de Velásquez, la CICIG también comprometió al Instituto Guatemalteco de la Seguridad Social, que adjudicó tratamientos de hemodiálisis a una empresa que no tenía los requisitos para realizarlos. 
Hoy los guatemaltecos no se miden en halagos frente a la labor del colombiano. 
Por primera vez en la historia de Guatemala un presidente tras perder su inmunidad de ve obligado a dimitir. 
Las investigaciones de Velásquez no le dejaron más salida.
Gerson Sotomayor analista del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, considera el papel de Velásquez como fundamental en lo que hoy tiene a su país, siendo testigo del mayor caso de corrupción que involucra a altos funcionarios con consecuencias jurídicas. “El comisionado Velásquez, ha venido a impulsar casos que nadie más hubiera podido. 
Es muy difícil dar seguimiento a los delitos de cuello blanco, a la corrupción dentro del Estado, pero él lo pudo hacer porque no tiene ataduras que condicionen su actuar en este país, debido a que él no es de acá”, dice Sotomayor.
Para quienes conocen su trabajo en Colombia, las apreciaciones que dan analistas como Sotomayor tienen gran valor. 
Paradójicamente, en su país, Iván Velásquez probó el sabor amargo de lo que significa un poder judicial “intimidado”, como señala el Congresista Alirio Uribe, quien conoció de cerca el labor de Velásquez como magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
“Parece que nadie es profeta en su tierra. 
Cuando él intentó consolidar un equipo especial para adelantar las investigaciones que llevaba sobre los vínculos entre políticos, empresarios y grupos paramilitares, empezó a ser perseguido por el propio presidente de esa época, Álvaro Uribe, quien lo señaló de comprar testigos y de hacer de hacer montajes para acusar falsamente”, cuenta el congresista. 
Se refiere a la ‘parapolítica’, un escándalo destapado por Velásquez y que llevó a más de una veintena de políticos y empresarios a la cárcel, incluido Mario Uribe, primo del entonces presidente y actual senador del Centro Democrático.
Su labor en este caso lo llevó a ser perseguido y ser una víctima más de las llamadas ‘chuzadas’, como se conoce a las interceptaciones ilegales que desde el departamento de seguridad y altos mandos del gobierno eran ordenadas para espiar a magistrados, periodistas y líderes de oposición. Fue perseguido, amenazado, intimidado.
“Nada de lo que se intentó decir contra él se comprobó, pero al final sí perdimos la posibilidad de ver qué hubiera pasado en Colombia si sus investigaciones hubieran continuado. 
 Es bueno saber que en Guatemala lo respaldaron, le dieron la oportunidad y está contribuyendo a construir un país justo”, asegura el congresista Alirio Uribe, también víctima de ‘chuzadas’.
Helen Mack, reconocida activista en la lucha contra la impunidad en Guatemala, destaca el valor de Velásquez para destapar redes de corrupción que parecían inquebrantables. “Comprende muy bien cómo funcionan y por eso logró desenmascararlas. 
 Las ha perseguido en Colombia, y acá ha venido con el impulso de hacerlo también”, dice Mack, una de las impulsoras para la creación de la CICIG, que reconoce también las características personales de Velásquez ,“se le valora su sencillez y su nulo deseo de cobrar protagonismo. Su objetividad logró que los guatemaltecos que siempre supimos de esas redes de corrupción, viéramos por fin un caso sólido”.
Mientras en Colombia aún recuerdan cómo en el año 2012 lo relevaron sorpresivamente del cargo como coordinador de la unidad de investigación de parapolítica, en Guatemala su imagen es casi digna de adoración. 

 En redes sociales es comparado con superhéroes, magos y hasta santos. “El San Iván de la justicia”, se lee en uno de los tantos mensajes que acompañaron  la noticia de que Guatemala había amanecido sin presidente.

ALEJANDRO MALDONADO
“Quiero dejar un legado de desvelo y transparencia”, dijo el nuevo presidente de Guatemala, el jurista Alejandro Mal donado Aguirre, en su primer mensaje tras haber sido inves tido por el Congreso, a 14 horas de conocerse la renuncia de Otto Pérez Molina.
Maldonado pidió a los guatemaltecos, cuya presencia en las calles a lo largo de cuatro meses en demanda de la decencia de sus gobernantes, que sigan atentos al desempeño de su gobierno provisional, así como del que asuma el 14 de enero.
 La población no puede dar por finalizada su tarea. 
 Esta nueva generación no puede ni debe estancarse .
 No dejen de vigilar para que no haya marcha atrás”.
En un mensaje de no más de cinco minutos, Maldonado Aguirre de 79 años, señaló que uno de sus mayores compromisos es que la población pueda “recuperar la democracia en un sentido sustantivo”. 
Afirmó que recibe un país que ha sufrido “un progresivo deterioro, ante la ineficacia de las leyes y de los operadores de justicia”.
Tras manifestar su preocupación por las débiles finanzas del Estado, “insuficientes para llenar los requerimientos de la sociedad en materias como la educación y la salud”, el nuevo presidente afirmó que la honestidad es su prioridad. “Quiero dejar un legado de honestidad y desvelo”, subrayó.
Maldonado tendió la mano a la prensa y pidió a la población continuar con sus demandas siempre que las inconformi dades no degeneren en odio. 
“El odio no es un derecho. 
En consecuencia, que se juzgue a los responsables de delitos, pero sin ningún rencor”

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