
Según ha informado la NASA en
su página web, la gran variación de distancias se debe a la amplia gama de posibles trayectorias alrededor del Sol que el asteroide puede trazar, ya que
ha sido seguido por un corto tiempo después de su descubrimiento.
La distancia a la cual estará el cuerpo en unas semanas no representa ningún peligro. No obstante, los científicos de la Nasa han
determinado que existe una mínima posibilidad de que el asteroide impacte con nuestro planeta el
28 de septiembre del 2017. En 2046 y 2097 también pasará cerca, aunque entonces
hay aún menos riesgo de choque.
“Las posibilidades de colisión en cualquiera de las tres futuras
fechas de sobrevuelo son demasiado pequeñas para provocar una preocupación real”,
dijo Paul Chodas, gerente del Centro de Estudios de la NASA NEO. “Confío plenamente en todas las observaciones
futuras para reducir aún
más la probabilidad”, añadió el experto.
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