lunes, 23 de mayo de 2016

DEL RIP AL AHIJADO MARTÍNEZ CHAIRES

Permítanme expresarme

Héctor Raúl Avila Vázquez


EL PRIISMO tecomense atraviesa por una situación política de raigambre desde los últimos 15 o 20 años.
Los celos, los resentimientos, las envidias, los enconos, los protagonismo, la ausencia de sencillez y humildad, ha arrinconado al PRI, hasta el más recóndito sitio, en donde nadie quisiera estar por mucho tiempo.
Los liderazgos han sucumbido ante la aparición de dirigentes que en los momentos más aciagos del partido, no han aportado los resultados que se consideraban exitosos.
Prevalece la indiferencia, el clientalismo económico y el juego de intereses, renacido por quienes han ocupado carteras públicas y que no han sido recíprocos con su partido.
Hay quienes asumen la soberbia y la prepotencia para hacerse notar, a sabiendas de que su partido, resentirá las consecuencias de esa actuación indebida.
Pocos militantes convencidos de las bondades del PRI, asoman las caras para prepararse a la contienda interna.
En su mayoría, adolecen de la identidad partidista y han dañado gravemente la idiosincracia, con sus actitudes y acciones
Pero hay quienes causan mucho más daño al partido, aquellos que se beneficiaron con padrinazgos para ocupar puestos públicos dentro y fuera del PRI, aquellos que cuando la militancia le demandó apoyo, respondian que "cuando les pagara Tito, les ayudarían", aquellos que ante la falta de sustento, mezclan asuntos familiares y personales con su quehacer obligado, porque ganaban sus sueldos sin merecerlos,  pagados por el pueblo y que todavía, se mofan del partido cuando le llaman " RIP," luego de haberse servido de él.
Esa es la gentuza que debe sacudirse el partido.
Aquellos que pregonan ser impulsores de candidatos sin haber llegado a los puestos por méritos propios, los que presumen haber ocupado cargos importantes dentro de "su partido" y no son exitosos en sus encomiendas.
De qué les sirven 19, 20 o 30 años de militantes si cuando están fuera de la cancha, denostan en contra de su partido ? Esos, no le sirven al PRI..
Ser recomendado ya no se digiere tan fácil en el PRI, se ocupa militancia con trabajo reconocido, con iniciativa, abierto a la crítica propositiva, al diálogo,  a la diaria búsqueda de la unidad partidista, no peleoneros, conflictivos que en las redes sociales, demuestran su soberbia, su inmadurez y su baja calidad moral. 
No, de esos tipejos ya no.

EL APADRINADO

CONOCI a Francisco Martínez Chaires en un evento al que fui invitado por un gran amigo calerense, priista de cepa y que durante sus encargos políticos, demostró su grandeza.
Ahi, en la toma de protesta del nuevo dirigente-no líder- de la Vieja Guardia Agrarista, estaba el oriundo de Cerro de Ortega, ocupando un sitio que no le correspondia, pero que el padrinazgo de aquél entonces, le permitió llegar a ese sitio.
Sin pena ni gloria, terminó su reinado.
Luego, lo arroparon en el Comité Directivo Estatal del PRI, ocupó varias carteras sin distinguirse, después lo impulsaron a la candidatura plurinominal y fracasó para finalmente terminar como regidor impuesto en el pasado cabildo tecomense.
La frase favorita " que me pague Tito y te ayudo", fue muy reconocida por quienes demandaron la ayuda del representante popular, que cobraba jugosas quincenas.
Conflictivo, a tal grado, que su presidente municipal lo vomitaba, porque previas a las sesiones del Cabildo, asomaba la negociación económica a cambio de su firma.
De los políticos que no saben agradecer a su partido las oportunidades.
Demostrable cuando en tono burlesco, le llama RIP y no PRI, lo que es considerable grave falta de respeto a quien durante  19 años, ha vivido de ese partido-
Buscapleitos, porque mezcla su participación partidista, con asuntos personales y familiares, usa la difamación, la calumnia para atraer la atención, porque vive en el oscurismo gracias a su gris desempeño.
Ese individuo, es quien pretende dirigir los destinos del priismo tecomense.
El resentimiento y la envidia son sus herramientas, la baja rendición de cuentas de sus quehaceres partidistas son  sus avales, y su bipolarismo, es una de sus rarezas.
No es confiable, porque no le abona a la unidad, sino a la desunión, a su interés personal y nada más.
Ese es Francisco Martínez Chaires

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