Acompañado del agraviado y un familiar, Chávez pidió la intervención del gobernador del Estado José Ignacio Peralta Sánchez, debido a que el caso ocurrió en un plantel dependiente de la secretaría de educación.
El EMSAT está ubicado en la comunidad Coalatilla en Armería, “fue ahí en donde Regina, que es una chica trasgénero, fue humillada porque vestía de forma femenina.
Regina dijo “a ésta edad, estoy totalmente definida sobre mi forma de vestir y de vivir como lo que yo me siento una mujer, pero fue en ese momento cuando empecé a sentir daño emocional por parte de la directora del plantel, varias veces me dijo que era hombre y no debía de disfrazarme así, ya que yo me presenté con falda al plantel, y me expulsó no sin antes exponerme, pues a alumnos que entraban a la dirección les decía .. a ver tú ..qué ves, un hombre o una mujer” ??.
Chávez Novela dijo que lo lamentable que es el vacío sociocultural en la sociedad “ya no estamos en el siglo pasado, las leyes han cambiado, creo deben de leer y actualizarse sobre el tema, después juzgar a quienes han elegido su derecho humano de adoptar una vida femenina y su libre desarrollo de su personalidad, asumiendo su identidad de género como mejor se sientan, expresó.”
Pide al gobernador del Estado José Ignacio Peralta Sánchez y al secretario de educación Óscar Javier Hernández Rosas, poner atención en ese caso y hacer cumplir la ley general de educación y las obligaciones constitucionales en igualdad, así mismo, pide que se agreguen en el sistema de educación, capacitaciones para todos los docentes en temas sobre discriminación “debe darse la capacitación en todos los sentidos pero poniendo gran atención al tema de la homofobia y transfobia para evitar más casos, ya que no es el primer caso de presunta discriminación que se presenta en un EMSAT”.
Destacó que la capacitación de las y los servidores públicos juega un papel importante en el conocimiento de sus obligaciones para garantizar igualdad de trato y no discriminación en la atención a las personas.
Recordó que desde la reforma constitucional de 2001 y la promulgación de la ley federal para prevenir y eliminar la discriminación (LFPED), se prohibió todo trato desigual o discriminatorio por motivos de origen social, género o preferencia sexual, color de piel, apariencia física, lengua, edad o algún tipo de discapacidad.
“Basta de depender de prejuicios no saludables y la doble moral, que siguen oprimiendo a la mujer transgénero por su identidad de género, todo ser humano debe de tratarse con dignidad, tolerancia, respeto, y dejar de marginar.
Como personas, tenemos igual valor y dignidad independientemente de las diferencias e identidades personales que nos constituyen”.
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