En sus argumentos de desechamiento, Federico Rangel Lozano presidente de esa comisión, advirtió que la propuesta emite juicios superficiales y desconoce por completo la eficacia de la ley orgánica vigente, además de carecer de un análisis de impacto presupuestal.
Ante la comunidad universitaria que hoy viernes acudió al Congreso del Estado encabezada por el rector Eduardo Hernández Nava, el legislador consideró a la propuesta como una contra reforma que alejaría a la Universidad de Colima de las grandes transformaciones que hoy ofrece la sociedad del conocimiento, en las cuales esa Institución ha estado presente.
“Reformar la ley orgánica de una institución, cuya relevancia ha sido demostrada empíricamente a lo largo de la historia, constituye un acto de responsabilidad educativa y de moral universitaria”, señaló Rangel Lozano.
Estimó que en lo práctico, una reforma presupone un análisis riguroso de la ley vigente y de los reglamentos internos de la propia institución, acompañado de la elaboración de un diagnóstico profundo, objetivo de la realidad académica y administrativa, así como un conocimiento certero del contexto nacional e internacional de la educación superior.
Expuso también que una nueva ley universitaria supone que la comunidad y una generación de universitarios, han diseñado un proyecto común para responder a los retos y exigencias del presente y del porvenir.
“Esos ingredientes están ausentes en la propuesta multicitada”, aseguró.
La comisión de participación ciudadana y peticiones, determinó desechar la propuesta de ley orgánica de la Universidad de Colima que recibió el pasado 20 de junio de 2016 por Manuel Salvador González Villa, fechada el 24 de mayo del presente año.
Por su parte, Héctor Magaña Lara, a nombre de la legislatura, señaló que hablar de la Universidad de Colima también implica hablar de su autonomía.
Explicó que la autonomía representa la posibilidad de autogobernarse y al conseguirla, la Universidad ha logrado vivir a través de sus órganos internos, de sus propios estudiantes, de sus propias autoridades, a través de todos, en un ejercicio democrático que le concede vida propia.
“Eso justamente eso es lo que tenemos que defender a capa y espada los universitarios y los colimenses”, consideró Magaña Lara.
Estimó que pensar que sólo unos pocos pretenda decidir por todos, es una falacia, es un deseo irreal que la propia Universidad no podría permitir “ni mucho menos nosotros como legisladores”.
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