lunes, 10 de junio de 2024

CARDENAL AGUIAR ORDENARÁ A CINCO NUEVOS SACERDOTES EN LA BASÍLICA DE GUADALUPE DE LA CDMX

El día 13 de junio de 2024 a las 12:00 horas durante la santa misa solemne que presidirá el Cardenal Carlos Aguiar Retes en la basílica de Guadalupe de la CDMX, será la ordenación de  Patricio Alberto Rivas Pérez, Marco Pepperoni, Kevin David Franco Posadas, Mario Enrique Figueroa Floresy de Erick Flores Esquivel como nuevos sacerdotes o presbíteros que tendrá la Arquidiócesis Primada de México.
Para seguir la transmisión de la ordenación de los nuevos sacerdotes de la Arquidiócesis Primada de México, lo podrán hacer a través de You Tube.

Patricio Alberto Rivas Pérez

Tuvo un primer llamado de Dios que lo llevó a estudiar la preparatoria y posteriormente cursar Filosofía en el seminario diocesano de Mérida, Yucatán. 
Pero  no fue suficiente en ese momento para  amar y entregar su vida a nuestro Señor, decidió dejar su formación sacerdotal.
Luego de dejar el seminario, comenzó a trabajar. 
Pasado un tiempo, recibió invitación para asistir a escuchar  catequesis para jóvenes y adultos. 
Ahí se dio cuenta de que Dios me amaba profunda y gratuitamente. 
Que el plan que tenía Él para mi vida no  caducó. 
Él permanecía fiel en medio de mi infidelidad y dureza de corazón. 
Fue a buscarme a donde yo pensaba que nunca llegaría, a mi sin sentido y soledad”.
Pese a ese nuevo toque, aún se resistió a aceptarlo durante algún tiempo más. 
En un encuentro de jóvenes, sintió el llamado a la vocación presbiteral,  ya no pudo eludirlo. 
Así fue como llegó al seminario Redemptoris Mater de la ciudad de México.
Está seguro de que su llamado, es muestra de cómo el Señor lo sacó de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas de su egoísmo y cerrazón, para conducirlo a la luz de su amor gratuito y sobre abundante.
“Necesitaba a un amor grande, sobre abundante, fiel y que sostuviera mi vida gratuita; que diera verdadero sentido al sufrimiento que veía, y a mi propio sufrimiento y soledad”, explicó.

Marco Pepperoni

Una crisis existencial juvenil ocasionada por ruptura sentimental dejó su vida a la deriva, pero en un momento de fe e inspiración divina, una noche decidió buscar respuestas en el Evangelio y así, sin más, abrió sus páginas al azar y se encontró con una narración que reflejaba su vida.
El pasaje que encontró en las páginas del nuevo testamento, correspondía al pasaje de la tempestad calmada, en el que se narra que mientras Cristo dormía en la barca durante la tempestad, los discípulos llenos de miedo, intentaban despertarlo para que los salvara. 
Había una tempestad, pero Cristo estaba presente. 
“Esa era la descripción de mi vida”.
En ese tiempo,  al joven originario de Italia, lo invitaron a un encuentro juvenil en España en que se anunció el Kerygma, es el anuncio del amor de Dios. 
“Esa vez me sentí alcanzado por aquél mismo amor. 
Era la Pascua, la resurrección de los muertos. 
En ese momento entendí que Dios me  llamaba, rememoró.
Ese fue el inicio del camino que lo llevó al seminario Redemptoris Mater, en la Ciudad de México, y que luego de ser ordenado Diácono y ejercer como tal durante un año, en los próximos días será ordenado sacerdote.
“He conocido a un Dios fiel que no defrauda. 
Que está presente en cada una de mis crisis y miedos”, expresó.

Kevin David Franco Posadas

Los retos a los que Dios lo enfrentó desde los 6 años de edad, , fueron muy grandes.
Primero la muerte de su padre que provocó que su familia colapsara y que entre otras consecuencias, ocasionara que sus hermanos mayores sucumbieran ante el alcoholismo y la drogadicción.
Pese a la adversidad, su madre mantuvo la fe en todo momento y con tesón, valentía y amor, logró sacarlos adelante. 
“Pensamos que Dios nos había dado la espalda, dejamos de creer, pero en medio de ese escenario tan difícil, tuve mi primer testimonio de amor; el de mi mamá que con incansable esfuerzo e inquebrantable valentía, nos sacó adelante y nos acercó de nueva cuenta a Dios”.
Hubo un momento que marcó su futuro y que jamás lo olvidará. 
Cuando entró a la secundaria, su mamá tuvo la gran idea de llevarlo a la basílica de Guadalupe para acercarlos a Dios. 
Ahí le cautivó la gran cantidad de peregrinos que se acercaban a ese lugar.
Pero sobre todo lo que veía en el templo Mariano del Tepeyac. Le llamó la atención el sacerdote, quien con sus palabras, presencia y acciones, era capaz de lograr que esa multitud recobrara la esperanza. 
Esa figura fue fundamental y sin dudarlo, se incorporó al grupo de lectores de la basílica de Guadalupe, comenzó a ayudar en el altar y después se integró a la pastoral indígena.
“Ahí me di cuenta que no había otra cosa que me produjera esa paz y pasión que servir a mis hermanos. 
Fue de esa forma que sentí el llamado y decidí seguir a Dios”, contó.

Mario Enrique Figueroa Flores

El vivir cerca de la basílica de Guadalupe fue fundamental para que encontrara su vocación, ya que esa cercanía ocasionó que creciera en él, un gusto muy especial por las imágenes de la virgen de Guadalupe, lo que considera que fue  la señal de lo que Dios deseaba:
 “El Señor siempre me atrajo hacia él, a través de las cosas sagradas y la iglesia”.
Pese a esa fascinación de nuestra santísima Madre, en la adolescencia se alejó de la Iglesia.
Sin embargo, recompuso el camino y a los 17 años, entró al grupo juvenil de su parroquia y se enamoró del servicio por las almas.
Comenzó a colaborar en los equipos de liturgia y de jóvenes,  trabajó en varios proyectos.
A los 18 años, hizo un primer intento para entrar al seminario, pero no pudo hacerlo. 
Así que decidió realizar sus estudios profesionales y logró graduarse como licenciado en economía. 
Pero eso no era suficiente.
Tiempo después en un segundo intento, logró entrar al seminario y con ello “responder con alegría al llamado del Señor”.
Hoy invita a los jóvenes para quitarse los prejuicios y dejar de pensar que la iglesia oprime y reprime. 
“Conozcan a otros jóvenes que quieren encontrar el sentido de la vida, que a veces lo buscan en las redes sociales o en los pasatiempos. 
Pero tengan presente que el sentido propio de la vida solo lo vamos a encontrar en Cristo”, afirmó.

Erick Flores Esquivel

Originario de la comunidad de Santa Lucía en la alcaldía Álvaro Obregón en la Ciudad de México, reconoce que su familia, en especial sus padres y su abuelita, fue fundamental para acercarse y adherirse firmemente a la iglesia.
La influencia de su abuelita fue el factor que detonó en él su amor por Dios, hizo que naciera su vocación y en el momento en que recibió el llamado de nuestro Señor, lo aceptara con agrado y felicidad.
Al ingresar en el seminario, fue descubriendo día a día la felicidad que le daba el  formarse como sacerdote, a fin de consagrarse a la vida pastoral de la iglesia y acercar el Evangelio y la palabra de Dios a los fieles por medio del servicio y la caridad.*/Fuente Desde la Fe/revista

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