Enlace Manzanillo
JAVIER MONTES CAMARENA
No
hay gobierno inmune al crimen, pero en el caso de Colima, la crisis moral es
resultado de la facilidad con que Mario Anguiano Moreno ha ignorado a la
Constitución.
JMC
Déjenme decirles que el viejo refranero
aquél que dice: cuando veas las barbas de
tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar, cobra vigencia permanente en
nuestro Estado, ya que los señalamientos que se le hacen al Gobierno de Colima que
encabeza Mario Anguiano Moreno con el crimen organizado, los secuestros no
contabilizados, la ola de ejecutados y los desaparecidos, nos remiten a una
constante criminal que hacen que Mario sea actor permanente en la pantalla del
radar de la SEGOB y la PGR, desde que llegó al poder.
Es impresionante ver cómo truenan las
estructuras del poder en nuestro Estado y crujen instituciones políticas, los
avisos de la prensa nacional en donde relacionan a un funcionario cercano a los
afectos del Gobernador de Colima enredado con el narcotráfico, las ejecucio nes
que a diario se dan en las calles del Estado, los secuestros, los desaparecidos,
todo esto y más, son el tema que rebasó desde el primer día al Gobierno estatal
actual.
Todo Colima sabe que esta crisis fue
creada desde Casa de Gobierno, Mario Anguiano se la ha pasado escondiendo
cifras, hechos y diciendo que “somos el Estado más seguro del país”, ya se sabe
que no.
El Gobernador está paralizado y rebasado, como si la culpa no fuera
suya.
Y la realidad es que en materia de
seguridad, las cosas están peor que con el ejecutado ex Gobernador Silverio
Cavazos Ceballos.
Hay muertos, secuestros, desaparecidos y crímenes por todo nuestro territorio, la
presencia en el radar de esta administración estatal ha sido de total
impunidad.
Colima hoy huele a podrido, huele a
corrupción, a complicidad con los malos, huele al viejo PRI. Impunidad criminal
y negligencia política integran la fórmula del deterioro social e institucional
que tal daño le ha hecho a un Estado como el nuestro que ha perdido y, para
siempre, su tranquilidad, a Silverio Cavazos (+) y a Mario Anguiano Moreno, los
opacó la violencia criminal, su cercanía con el crimen organizado y la
descomposición social e institucional prevaleciente, aquí ni se ataca ni se
toca la impunidad criminal y por el contrario, partidos políticos y Gobierno
toleran la negligencia y la corrupción política, así, Colima va a seguir en el
agujero.
Desaparecer.
Ésa es la palabra más
recurrente en todo el país, desaparecer.
En Colima de 2003 a la fecha no
aparecen 202 personas, del 2003 al 2010 “desaparecen” 14 personas y en el 2011
< desaparecen > 18 personas en nuestra Entidad, lo doble que en 2010, en
2012 fueron 33 los desaparecidos, según estadísticas oficiales y como siempre, Mario
Anguiano Moreno se ha dedicado a negar el problema.
Tan sólo en lo que va de este año, han
desaparecido 77 personas, según información del Registro Nacional de Datos de
Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNDPED), así o más claro.
El problema es
cuando la desaparición deja de ser excepcional y se inserta en la normalidad de
nuestras relaciones.
Nos alcanzó el destino.
Es el momento de
ver qué nos dice el Estado de Guerrero, cuáles son sus señales.
Las líneas
están marcadas y eso lo sabe el señor Gobernador de Colima, sabe que no ha
sabido gobernar, sabe que es cómplice de lo inconfesable, sabe que ha sido
incompetente y negligente, su Acuerdo para < la Seguridad > es la señal
más clara de su impotencia y de que no sabe qué hacer, sobre todo, cuando
“obliga” a los medios de comunicación a su servicio a callar, no quiere darse
cuenta que su silencio es, en la mayoría de las veces, el peor crimen.
Así se
condujo el desvergonzado Ángel Eladio Aguirre Rivero, Gobernador de Guerrero y
hoy está en la pira.
Faltan 9 meses para la elección de Junio
del año próximo y casi un año para que se vaya Mario Anguiano Moreno a su casa
o, a ver el sol en cuadritos en un penal de alta seguridad, no es que sea el de
Tinajas un asesino.
Simplemente Mario hasta ahora ha sido un incapaz.
De la
ejecución del ex Gobernador Silverio Cavazos a la fecha…un incapaz que debe ir
poniendo las barbas a remojar.
Iguala en Guerrero duele, como duele,
Tlataya en el Estado de México también, duele porque, al igual que en nuestro
Colima se venía advirtiendo y ante lo cual, el Gobierno federal y los partidos
políticos ni se inmutaron.
Hoy, andan apagando el fuego con gasolina y nuestro Estado y su Gobernador, aparecen en la pantalla del radar de SEGOB y la PGR.
Pongamos atención a la incapacidad del
mandatario colimense cuando llegue al fondo de las cosas (ya tocó suelo), su expresión nos dirá más que su silencio.
Ahí se ven.
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