Tecomán, Colima, México (EAM).- Luego de recibir el corazón de oro, símbolo de su generosidad con el pueblo tecomense, abre el cielo, cayeron las gotas de agua cristalinas y frías, enseguida, lo cierra para que la feligresía le acompañe en su tradicional recorrido.
Tras éste hecho, la pertinaz lluvia vuelve a caer..
Tras éste hecho, la pertinaz lluvia vuelve a caer..
Bendición del Señor, bendiciones de Dios...No, la virgen llora por tanta maldad, tanta violencia !! se escucha decir entre los espectadores que desde temprano, se dieron cita en las calles principales del primer cuadro de la ciudad, para saludar, agradecer y recibir la bendición de la sagrada protectora.
Las bandas de guerra, las danzas autóctonas, los tractores jalando cuadros escénicos vivientes con regios adornos, los graciosos "changos", mezclados con comerciantes locales y de otros lugares, han hecho de la anual fiesta patronal, una de las mejores, a pesar de las nubes amenazantes con soltar el agua.
La piroctecnia fue admirable, el cielo se pintó de colores al paso de la virgen de la Candelaria, lo que causó alegría a los espectadores. .
Peregrinaciones llegaban desde el inicio del novenario, hasta la víspera del aniversario.
Ese día primero, comenzaron a arribar niños, jóvenes y adultos de diferentes Entidades, Municipios, comunidades, poblados y rancherías de nuestro querido México como del extranjero para visitar a la virgen de la Candelaria.
Llegaron a visitar a la virgen, expresarle el agradecimiento por su generosidad ante un cambio en sus vidas, sanar enfermedades, el alma, el corazón, ayudarles a lograr ser mejores personas y saber perdonar.
Por la tarde/noche, se acentúan las llegadas de peregrinos, se preparan a cantarle a la virgen las mañanitas, a expresarles con sus cantos el amor que le tienen, el fervor hacia ella.
Antes, artistas locales como cada año lo hacen, se apersonaron ante la virgen para entonarle las mejores composiciones hacia ella, demostrando el cariño que le tienen y ser motivo de inspiración.
Mariachis, norteños, bandas, todo un conglomerado musical estuvieron con la virgen para acompañarla en esa emotiva noche, plena de solidaridad, de comunión, de estrechos lazos.
Húmedo el aire, no evitó que los fieles esperaran con paciencia a su protectora, a carros alegóricos, desde temprano, se instalaron sillas sobre las banquetas de las calles por donde pasaría la anda con más de 150 varones cargándola en hombros, como ha ocurrido desde hace 200 años.
La bicentenaria imagen, fue precedida por 15 representaciones bíblicas vivientes formados, salieron de la calle Constitución, siguieron por Reforma, continuaron por Basilio Vadillo y en la esquina de Balvino Dávalos, en lo alto estaba Jesùs con sus brazos abiertos, como expresando su saludo y admiración a la virgen que le regresó el saludo.
Al final del contingente, el altar de la Virgen de la Candelaria, cargado a hombros por más de un centenar de hombres, comenzó a moverse, ante el aplauso de los espectadores y el asombro que causó una parvada de palomas liberadas por los monaguillos.
Una mujer con un caracol, que lo hacía sonar fuertemente con el aire de sus pulmones, marcaba un interludio entre las ovaciones de “viva la Virgen de la Candelaria” y los aplausos. Los charcos de agua que el impredecible sereno dejó atrás, dificultaba el ritmo de los danzantes, quienes, entre niños pequeños y veteranos, anunciaban el arribo de la “patrona de los tecomenses”.(Galeria fotografica en Facebook en Editorial Avila & Martinez)
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