JAVIER MONTES CAMARENA
Todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres
Nicolás Maquiavelo.
Déjenme decirles que el comportamiento político sí importa: refleja un estilo de vida. Lejos de intentar hacer un juicio de valor sobre lo correcto o incorrecto en la existencia de un individuo, la cuestión es práctica:
¿Qué tanto se puede confiar en una persona como Óscar Zurroza Barrera cuyos excesos y dobles discursos hacen sospechar al más ingenuo?
¿Qué se puede esperar o de qué se debe uno cuidar en los tratos con alguien de estas mañas?
En la política un solo acto marca el inicio de la corrupción: el momento en que se decide a establecer actos indebidos en perjuicio de la sociedad en compañía de otros hampo nes de cuello blanco, Zurroza Barrera señala a tres, al Gobernador de Colima Mario Anguiano Moreno, al secretario de Fomento Económico Rafael Gutiérrez Villalobos y al ex secretario de Finanzas y Administración Jesús Orozco Alfaro, a quienes Óscar Zurroza señala como delincuentes, todos militantes del PRI (Partido Revolucionario Institucional)
Causo roncha la virulenta aparición del señor Zurroza en los medios de comunicación para acusar de ladrones y corruptos a los funcionarios aludidos líneas arriba, denuncia pública fulminante que no deja lugar a dudas: He insistido en que nos agarren a todos los que hemos tenido alguna responsabilidad (sic) administrativa en el Gobierno de Mario Anguiano Moreno, que nos volteen de cabeza, que nos sacudan de las patas y a ver que le sale a cada quien.
Así o más clara la denuncia en contra del Gobernador Mario Anguiano Moreno y sus cómplices Rafael Gutiérrez y Jesús Orozco Alfaro.
¿Cuál será el impacto de la irrupción de tan cuestionado ex funcionario quien también formó parte de un cuadro impenetrable en el Gobierno estatal junto con Mario Anguiano Moreno, Rafael Gutiérrez Villalobos, Jesús Orozco Alfaro y Nabor Ochoa López, todos ratas, todos sinvergüenzas, todos depredadores de las arcas estatales que guiaron al Gobierno a su ruindad pasando por el robo y la opacidad?
En la recta final del pésimo Gobierno de Mario Anguiano Moreno no sólo ha aparecido la cercanía del crimen organizado con el mandatario, se han sucedido actos vergonzosos donde el alcoholismo del mandatario ha llegado al insulto al pueblo al pronunciar: Como los quiero hijos de la chingada, pasando por los actos de corrupción y trapacerías que han dejado al Gobierno en bancarrota.
La peculiar denuncia de actos ilícitos del Gobernador Anguiano Moreno y sus secuaces nos deja ver que también el denunciante tuvo y mantuvo vínculos con Anguiano, Gutiérrez Orozco y Ochoa con quienes hizo negocios a pesar de que en su denuncia alegue:
Todo mundo cree que en los negocios que empezaron Mario Anguiano, Rafael Gutiérrez y Jesús Orozco Alfaro, a mí me sacaron, pero no fue así, yo me separé y no le entré al negocio de los mil 200 millones de pesos que el Congreso aprobó para reparar los daños del huracán JOVA.
Lo peor de esta conducta de la élite política de Colima, propia de cómplices o de crimina les con espíritu de cuerpo, es el pretexto que deslizan para tolerar, entre sí, sus tropelías.
En el rubro de la perversión y corrupción, el Gobierno priista de Colima no marca diferen cia. Tanto la practican que, de la solidaridad entre ellos, han pasado a la complicidad; no te denuncio, siempre y cuando tú hagas lo mismo, y ambos disfrutemos de ellas, en nuestro estatus y nivel.
Esa pluralidad lleva a los priistas corruptos y ladrones a salir a los medios a decir Que meten las manos al fuego por tal o cual político ladrón o contaminado con el crimen organizado. Esa pluralidad es unidad frente al robo, el saqueo, el despilfarro o el abuso cometido desde el Poder estatal.
Un botín para todos, todos para un botín…sin importar si éste se cifra en dinero, personas, programas, amantes, diezmos, desvíos o contratos.
La corrupción y perversión política denunciada por Zurroza Barrera (de las cual también es cómplice de acción y omisión) es práctica generalizada por los priistas de Colima (incluido su candidato Nacho Peralta Sánchez sinvergüenza como el que más), hacia adentro y hacia afuera de su organización es práctica cotidiana, de ahí que, el PRI de Colima y sus políticos ladrones deberán empezar a recordar con cuidado las trapacerías en las que han participado porque las “denuncias” apenas empiezan.
Ya lo saben, darle un voto Nacho Peralta Sánchez es un voto por el PRI de la corrupción y el encubrimiento de las raterías del Gobernador ladrón Mario Anguiano Moreno.
Ahí se ven.
Lo de siempre: Cuando el crítico periodístico desnuda al político ladrón o al lidercillo portuario traidor y sinvergüenza de inmediato aduce que al crítico le pagaron por atacarlo o que el periodista crítico le pidió dinero, tratando así de expiar sus culpas, sin darse cuenta, que la sociedad sabe de qué pie cojean, por ello, el lidercillo del sindicato portuario SSA-México, Pedro Medina Michel enfrentará próximamente en el Ministerio Público una denuncia penal por daño moral.
El Llamado “Perro flaco” siente ya los pasos de su realidad y va pagando novelistas (que no analistas) de cierta prensa a modo para su indefendible defensa.
Pobre can esto apenas empieza.
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