*Niños menores de 5
años y adultos mayores
de 65 años, los más afectados

Información
de la Secretaría de Salud señala que los citados padecimientos afectan a las
vías respiratorias, incluidas las nasales, los bronquios y los pulmones, y
abarcan desde infecciones agudas como la neumonía y la bronquitis a
enfermedades crónicas como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica.
La
bronquitis es una afección es muy frecuente en
temporada de frío y puede ser aguda o crónica. La primera es derivada de la
consecuencia o la complicación de una gripe o resfriado, por lo que el principal síntoma de la enfermedad
aguda es la tos persistente, además de las sibilancias (silbidos al respirar),
la fiebre leve y la presión o dolor en el pecho.
Para disminuir el riesgo de contraer la bronquitis, es
importante abrigarse
bien, evitar cambios bruscos de temperatura y dejar de fumar o no hacerlo, así como evitar el humo de otros fumadores, el
polvo, los gases, los vapores y la contaminación del aire.
Y en cuanto a
la neumonía, principal causa de muerte en niños menores de cinco años y las
personas mayores de 65 años, es vital advertir en los niños los síntomas como
la tos o dificultad para respirar, respiración rápida, retracción de la parte
inferior del tórax cuando se inspira y/o sibilancias (sonido que hace el
aire al pasar por las vías respiratorias congestionadas).
Mientras que en
los adultos mayores se debe tener cuidado en detectar los
síntomas de la tos, fiebre, escalofríos con temblores, dificultad para
respirar, sibilancias y ruidos burbujeantes en los pulmones.
Para evitar el padecimiento es fundamental la aplicación
de tres dosis de la vacuna contra el neumococo a niños y de una dosis única a
los adultos mayores de 60 años.
Al
respecto, la Organización Mundial de la Salud ha establecido que la neumonía
puede prevenirse además con una nutrición adecuada para mejorar las defensas
del organismo –incluyendo la alimentación exclusiva con leche materna- y el
control de factores ambientales.
Por ello, recomienda consumir frutas y verduras ricas en vitamina A y C
(zanahoria, papaya, guayaba, naranja, mandarina, lima, limón y piña) y
fortalecer el sistema inmunológico con algún complemento vitamínico, así como
lavarse las manos con frecuencia y evitar la automedicación, ya que es
primordial que el médico determine el tipo de enfermedad, bacteria o virus, y
si es necesidad que el tratamiento se reciba a nivel familiar.(Pablo Ávila Martínez)
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