viernes, 22 de diciembre de 2017

NADIE AFUERA NI POR ENCIMA DE LA LEY;,LUPILLO ES CULPABLE ??

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa, es la Ley de Newton, inventor de la Física y Química.
Si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero de sentido contrario (reacción).
Y precisamente eso fue lo que ocurrió en el pasillo de acceso a la presidencia municipal de Tecomán, en el momento en que el alcalde José Guadalupe García Negrete, ingresaba para dirigirse a su despacho custodiado por grupo de policías, ante la creciente amenaza de empleados sindicalizados apostados a los laterales, que no cesaban de gritar consignas ofensivas ante el reclamo que consideran justo; el pago de bonos pendientes por convenios con anteriores presidentes municipales, entre el que destaca, el fondo de ahorros.
Uno de los empleados, a boca de jarro, le grita  al alcalde y éste le suena sonora cachetada de acuerdo al video,- 
Para algunos ciudadanos, la respuesta fue la más acertada.  Empleados sindicalizados, usan los calificativos más irreverentes  y en las redes sociales que resultan avergonzantes y denotan muy bien, la calidad moral de quienes los escriben.
La situación tiene su historia desde el mes Abril de éste año, cuando Audelino Flores Jurado líder sindical, decidió llevar a sus huestes a paro laboral escalonado, para exigir respuesta a las prestaciones que pactó bajo convenio con el ayuntamiento a través de anteriores alcaldes.
Es decir, quien les debe es el ayuntamiento, no la autoridad en turno, es institucional la deuda.
El alcalde se ha preocupado por pagar puntualmente las quincenas y aguinaldos como marca la Ley, las vacaciones y primas vacacionales, más no los bonos que ha dicho no firmó.
No tiene la obligación porque es deuda institucional aunque sea solidario, pero le permite desligarse ante la situación financiera del ayuntamiento.
Voces aseguran que el fondo, es que Audelino pretende de cualquier manera, imponer a su hijo Alejandro Flores López como diputado pluninominal, de esos que no hacen campañas pero cobran bien sus quincenas,  
Y de paso, a su nuera esposa de Alejandro, aquella que resultó desfalcada en las arcas de egresos en el periodo pasado, como regidora propietaria en la primera posición.
Alejandro, es el presidente del PRI Tecomán, y antes fue secretario del ayuntamiento en el trienio pasado inmediato.
Los empleados sindicalizados jubilados y "pensantes" lo saben pero se quedan callados.
Los que siguen al líder, son quienes le deben favores; aquellos que están encuadrados en los departamentos de servicios públicos, COMAPAT, DIF y seguridad pública.
La situación tensa en el ayuntamiento, no le interesa a la ciudadanía; ya comprendieron que el sindicato persigue intereses mezquinos y los calificativos hacia ellos, son despectivos en las redes sociales, aunque las respuestas son insultativas, denigrantes y hay quienes prefieren no opinar. 
Por eso, ya ni se preocupan por prestarles ni atención ni ayuda como años atrás lo hacian.
Prácticamente, el sindicato está solo; bueno, con sus homólogos sindicales de otros municipios.
Queda claro que el alcalde no pretende cumplir caprichos y más con lo ocurrido en el pasillo central de presidencia.
Lo podrán acusar de todo, pero hasta ahora, no se han visto denuncias ante la autoridad competente de ello.
No se han mostrado expedientes, números, fechas, instancias, delitos.
La presión sindical continuará  "hasta las últimas consecuencias", de acuerdo a las palabras del líder, a quien ya no le interesa que su gente no pase feliz navidad y año nuevo en torno a su familia, pues con la quincena en sus manos, es para estar rodeados de paz en éstos días.
El alcalde, terminaría su periodo sin pagar lo que no debe, quizás hasta busque la reelección,al fin, no es el sindicato los único que votaría por él, pues con sus actitudes en las últimas fechas, su popularidad aumentó porque la ciudadanía está cansada de ver que los sindicalizados invaden pasillos y portales de palacio municipal, el jardín Miguel Hidalgo, comen y duermen como si fuera campamento de recreo, y eso, no les agrada.
Hay que recordar, que nadie, queda afuera ni encima de la ley.
Esperemos que más nos ofrecen en éste circo.

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