martes, 12 de marzo de 2024

 Soy Oscar Armando Avalos Verdugo, ingeniero civil.

Agroproductor, empresario, docente y padre de Oscar y Yalila.

Mi vida se divide en varias etapas;

La política social, la partidista, la agricola, la empresarial y l religiosa,

Concibo la política social que surge de la unión familiar, de la convivencia, de la solidaridad y de la fratenidad.

La familia es la base del desarrolo de la persona, de la sociedad justa, equitativa, de justicia y  de servicio  a quienes nos necesitan.

La política partidista, es la que nos impulsa, ofrece y otorga oportunidades, para extender los brazos de comunión a la sociedad que anhela mejoramiento en su entorno para vivir mejor

El agradecer a quien te da la confianza, abre puertas en sus caminos para lograr propósitos y llegar a cumplir metas.

La política agrícola; la que nos permite sobrevivir, el labrar los campos para sembrar y obtener buenas cosechas, es  plena satisfacción de lo que hiciste, fue bien hecho.

Llevar a la mesa de las familias mexicanas  el maiz, el frijol, el arroz, y las frutas que por temporadas se siembran, es el mayor de los propósitos del agricultor, del campesino.

La empresarial; como  sociedad productora, debemos buscar las estrategias que nos permitan el desarrollo de la comunidad en donde habitamos.

El ser empresario no es solo leer y expresar sus palabra, es coordinar voluntades y  esfuerzos para que la sociedad productiva obtenga beneficios directos e indirectos.

El empresario es el comerciante. los prestadores de servicios públicos, Es aquella persona que, impulsada por el deseo de ser independiente, de no trabajar para otros, crea y desarrolla una idea que representa la posible solución a los deseos o necesidades del consumidor, y que organiza, dirige y asume los riesgos medidos de la creación y operación de su propio negocio.

La política católica; creer en Dios todopoderoso, es tener la ayuda espiritual en los momentos difíciles de tu vida.

Debes creer  en El y en tí mismo.

El servir a la iglesia, es servir a la ciudadanía sin ser gobernante,

Es ser solidario con el prójimo, ser el instrumento del Señor para allegarles la ayuda que necesitan.

Quienes crecimos con esas místicas, debemos redoblar el paso, tenemos la alta responsabilidad de cambiar para bien, la situción que flagela, lascera, lastima, daña a esa sociedad exigente de justicia, de amor, de fraternidad.

 

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