Esos productos no son evaluados por la comisión federal para la protección contra riesgos sanitarios COFERÍS), la única institución en México que tiene facultades de evaluar y determinar si esos productos, cumplen en términos de seguridad, calidad y eficacia.
Explicó que el auge de la llegada de esos productos, se derivó de una cláusula que permitió la importación de fármacos ante la pandemia por Covid-19.
Ese acuerdo publicado en enero de 2020, permite comprar medicamentos en cualquier lugar del mundo, aunque no tengan registro sanitario.
Fon dijo que esos medicamentos se ofrecen en el mercado ilegal, a través de páginas de internet apócrifas o en sitios que no tienen los registros adecuados, generalmente son importados pero no tienen registro sanitario emitido por la Cofepris.
Se desconoce si cumplen a razón de esa evaluación de nuestros científicos con tres criterios: seguridad, calidad y eficacia, aseveró.
Señaló que para que un medicamento salga al mercado, tiene que pasar por lo menos 12 años de investigación, para que cumplan con esos tres criterios vitales en la industria farmacéutica de todo el mundo.
Lo más grave, es que existe la importación de medicamentos ‘chatarra’ provenientes de Rusia y Pakistán, que no tienen registro sanitario, que entran a México y circulan en el sector público o privado.
El problema, es que se desconoce cómo los almacenaron, cómo los fabricaron y en el caso del mercado ilegal, si son adulterados, que no contengan el principio activo o que contengan ingredientes dañinos para la salud.
Identificamos la necesidad divulgar permanentemente las características que deben observar los pacientes, indicó.
Ante esa situación, recomendó a la población adquirir los medicamentos en los lugares legalmente establecidos que son las farmacias, porque si se adquieren en otros lugares como tianguis (mercados), son medicamentos que lo único que provocarían serían daños.
De acuerdo con la coalición por la salud digital en México (COSADIM), uno de cada 10 medicamentos que circulan en México es falsificado o de baja calidad, pone en riesgo y retrasa la recuperación de la salud de las personas.
La unión nacional de empresarios de farmacias (UNEFARM) indica que en el país, las pérdidas anuales por esa situación alcanzan hasta 32,000 millones de pesos (1,733 millones de dólares) anuales.
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