Para no insistir en resultados numéricos de las elecciones presidenciales, que implicó la votación de más de 20 mil puestos de las tres instancias de gobierno: Congreso federal, estatales, algunos gobiernos en los Estados, más de dos mil presidentes municipales, alcaldes y regidores que se sometieron al escrutinio de los electores en edad de emitir sus votos, lo que tenía que pasar, pasó, con oposición nada competitiva.
Al final de la jornada electoral, no pintó como lo demuestran los resultados favorables al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de que en los tiempos actuales, las computadoras evalúan con rapidez y eficiencia, la contabilidad de los votos emitidos por 100 millones de electores inscritos en el padrón nacional, diez días después del ejercicio del voto se desató una retahíla de resultados parciales desde la tarde del 2 de juno,
Cada candidato ofrecía conferencia de prensa, festejaba su triunfo de acuerdo con las tendencias.
Eso provocó desconfianza en los candidatos y en los electores.
Si la ley federal electoral permite anticipos de las elecciones, y el INE los avala, que siga la corrupci…”, disculpas, la transformación!
El paso que sigue después de las elecciones sexenales de 2024, es determinar el futuro de corto, mediano y largo plazos para los partidos políticos opositores a MORENA.
El PRI, PAN Y PRD dejaron ir la oportunidad del cambio casi casi obligado, por tanto desacierto del mal gobierno.
Eso es reconocido por propios y extraños.
Una evaluación somera del desempeño del presente gobierno ofrece datos interesantes.
México está endeudado en lo interno y lo externo; deficitario en alimentos, inseguro, con más de 180 mil muertos violentamente, 50 mil desaparecidos; destructor de la administración pública al ejercer el presupuesto federal selectivamente, en contubernio con el Congreso federal; abandono de las secretarías de agricultura, reforma agraria, función pública, salud, turismo, trabajo, educación pública, medio ambiente, relaciones exteriores, energía y economía.
No se omite que ordenó el gobierno de López Obrador la desaparición de la financiera nacional para el desarrollo agropecuario, canceló el crédito a agricultores, ganaderos, pescadores y campesinos forestales.
Se redujeron notablemente los índices de productividad ante la falta de apoyo económico, junto con la falta de agua de lluvia, el agotamiento del vital líquido en las presas para riego y usos urbanos con efectos negativos para los productores de granos básicos, agroindustriales, ganaderos especializados en producción de carnes de res, de cerdo y pollo, huevo y leche, ovinos y caprinos.
En esas condiciones, la delincuencia organizada tomó por asalto las vías de comunicación para extorsionar a productores especializados de alimentos para exportación, como ocurrió con cítricos, aguacate, jitomate, miel de abeja, mango, plátano, verduras y legumbres con alta calidad y aceptación en los mercados internacionales.
¿Y el gobierno?
Bien, gracias.
Con un montonón de fracasos del gobierno federal saliente, la oposición no supo qué hacer, empezando por la auto-imposición de Alejandro Moreno Cárdenas como dirigente deo Partido revolucionario institucional PRI, aceptada dócilmente por los dirigentes del PAN y del PRD MarKo Cortés y Jesús Zambrano respectivamente.
Ninguno de los miembros reconocidos del PRI de generaciones pasadas y de la actualidad, pudo convencer a “Alito” de que no era el candidato idóneo para dirigir al partido, máxime, tratándose de un contendiente con más años de populismo y liderazgo, de los que declara.
Sí, el colmillo retorcido de Andrés Manuel cayó como anillo al dedo, para imponer condiciones y mañas, practicadas durante más de veinte años "muy activos” en la política mexicana.
MarKo Cortés y Jesús Zambrano unidos al PRI en especie de alianza opositora, tuvieron desempeño de bajo perfil, frente a la dualidad de luchar como partidos, además apoyar a una candidata Xóchitl Gálvez, que si bien siempre demostró valentía, capacidad oratoria y conocimiento de la situación social, política y económica de México, no fueron suficientes para contrarrestar la aplanadora guinda encabezada por López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Detrás de esos personajes, arrastraron a una bola de “talacheros” que allanaron el camino presidencial como lo fueron miles de ex priístas, principalmente, quienes en el pasado reciente, disfrutaron a manos llenas de altos puestos bien pagados en el gobierno.
Otros traidores, se incorporaron al servicio exterior y muchos otros, se convirtieron en “acarreadores” de votos para un gobierno que no puede “echar las campanas al vuelo”, por la situación incierta de la economía mexicana interna y en sus relaciones con el exterior.
Las finanzas mexicanas están por los suelos, debido a la reducción de exportaciones y aumento de importaciones –en dólares— en particular de alimentos básicos.
No sabemos cómo reaccionarán los paisanos del otro lado de la frontera a la hora de apoyar a familiares.
Eso, derivado de la súbita devaluación del peso frente al dólar.
Ante ese panorama desde el ámbit
o político, el camino a seguir para “Alito” y Marco Cortés por vergüenza personal, por incapacidad competitiva frente a sus partidarios, sobre todo para evitar la mofa por derrota electoral tan contundente, deberían renunciar ipso facto al puesto partidista que miles y miles de mexicanos les confirieron.
o político, el camino a seguir para “Alito” y Marco Cortés por vergüenza personal, por incapacidad competitiva frente a sus partidarios, sobre todo para evitar la mofa por derrota electoral tan contundente, deberían renunciar ipso facto al puesto partidista que miles y miles de mexicanos les confirieron.
Para don Jesús Zambrano, la situación es distinta.
Puede ser que su partido el PRD, desaparezca.
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